Hoy el diario digital Siglo XXI publica una interesante entrevista al historiador de comic Antoni Guiral, responsable de obras como "Cuando los cómics se llamaban tebeos", "Los tebeos de nuestra infancia", "El gran libro de Mortadelo y Filemón", "El mundo de Escobar", "El universo de Ibáñez" o "By Vázquez" entre otras.
Aunque tus conocimientos son muy amplios, ¿qué te atrae especialmente del entorno de Bruguera?
De alguna manera, todo. El aspecto editorial, creativo e industrial, por supuesto, pero también el social y el personal. Aquella editorial fue un emporio lleno de luces y de sombras, y creo que sólo hemos atisbado una parte muy pequeña del total. Siempre quedan cosas por descubrir y por hacer para desentrañar esa maraña de trabajos, sensaciones, de vivencias.
De alguna manera, todo. El aspecto editorial, creativo e industrial, por supuesto, pero también el social y el personal. Aquella editorial fue un emporio lleno de luces y de sombras, y creo que sólo hemos atisbado una parte muy pequeña del total. Siempre quedan cosas por descubrir y por hacer para desentrañar esa maraña de trabajos, sensaciones, de vivencias.
Desde tu punto de vista como aficionado y entendido del cómic, Vázquez, ¿realmente fue ese genio de la historieta hispana que todos cuentan y admiran?
Lo fue, no lo dudes. Ocurre que Vázquez ha sido víctima de su leyenda. No hay profesional que no tenga una anécdota suya que contar sobre su picaresca. Y como la leyenda la fue forjando él mismo en su obra y en su vida, se entiende que sea así. Pero más allá de todo ello está el creador, la persona de talento e inteligencia que, de forma natural, consiguió realizar algunas de las mejores páginas de humor de la historieta española.
Lo fue, no lo dudes. Ocurre que Vázquez ha sido víctima de su leyenda. No hay profesional que no tenga una anécdota suya que contar sobre su picaresca. Y como la leyenda la fue forjando él mismo en su obra y en su vida, se entiende que sea así. Pero más allá de todo ello está el creador, la persona de talento e inteligencia que, de forma natural, consiguió realizar algunas de las mejores páginas de humor de la historieta española.
Ocurre, creo, que Ibáñez ha sido una persona que se ha pasado la vida anclado en su tablero de dibujo, trabajando. Por tanto, ha hecho muchas menos relaciones públicas que otros, ha vivido menos “fuera” de la profesión, de la dedicación a la realización de páginas de historieta. Pero yo no creo que eso le haga menos interesante, al menos desde el punto de vista de autor. Sobre Ibáñez se generaliza en exceso, y ha pasado por muchas etapas creativas, aportando cosas muy interesantes a la historieta de humor y, sobre todo, concediéndole un estatus de producto popular que se mantiene. Llegar hasta ahí tiene un mérito enorme.
La entrevista completa Aquí.